Ante las vacilaciones del presidente de la República en promulgar la ley que perdonaba a Sanjurjo y los conspiradores de 1932, Lerroux dimitió en mayo de 1934 siendo sustituido por otro radical, Ricardo Samper, que contaba con muchos menos apoyos en las Cortes. Ante la debilidad del gobierno, el 4 de octubre Gil Robles retiró el apoyo de la CEDA a Samper que dimitió. Alcalá Zamora no hizo otra cosa que volver a encomendar su formación a Lerroux, pero ahora Gil Robles exigió que tres de sus partidarios de la CEDA entraran como ministros. Este hecho fue suficiente para que los socialistas, que seguían creyendo que Gil Robles era “otro Mussolini”, se levantaran contra el poder constitucional.
En el siguiente vídeo (a partir de 5:53) se habla de los problemas con Cataluña, la indignación de la CEDA, la entrada de los tres miembros de sus miembros en el gobierno republicano y el estallido de una revolución.
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